Por: LOURDES ORDEÑANA DEL RÍO
Tomado de Exclusivo de Cubahora
"Anoche me acosté a las tres de la mañana terminando el cierre del mes", comentaba un señor mientras viajábamos en la guagua. Y no muy lejos, solo a unos metros, alguien decía: "Cuando amaneció, me percaté que había dormido encima del teclado; pero ya mi material estaba terminado."
Frecuentemente escuchamos frases como estas. En ese momento, pensamos que se trata de una "epidemia en fase de propagación". Entonces surgen interrogantes...
¿El trabajo constituye el centro de nuestras vidas y le restamos importancia a casi todo lo demás? ¿Cuántos solemos sentarnos frente al monitor de la computadora hasta altas horas de la noche tratando de adelantar los documentos a entregar? ¿Es un refugio o un escape? Si es así, podemos incluirnos entre los adictos al trabajo.
Estas cifras son un poco difíciles de calcular, lo que sí consideramos, teniendo en cuenta el continuo desarrollo y hasta la crisis económica que nos afecta, que se incrementan paulatinamente a nivel mundial.
En el Diccionario de la Real Academia Española aparece como significado de adicción al hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos. Pero claro está, que no nos referimos a este concepto en específico, sino al segundo significado encontrado: asignación, entrega, adhesión.
En un inicio, podría considerarse como algo positivo. Las instituciones para las cuales se trabaja suelen obtener ventajas. No obstante, después de algunas indagaciones, llegamos a la conclusión que dicha adicción perjudica más de lo que beneficia. ¡Ah!.. Y algunos lo determinan como una patología que debe tratarse clínicamente.
INSATISFACCIÓN, TRASTORNOS…
En ocasiones es difícil darnos cuenta de que nos estamos convirtiendo en adictos al trabajo (Trabajólicos: N. del E.). Primero, trabajamos más horas de lo normal (en la mayoría de los casos por voluntad propia); después de haber pasado horas en las oficinas, decidimos llevarnos para la casa aquello que (aunque no es de entrega urgente) nos gustaría terminar. Y para colmo, la revolución informática nos ha convertido en verdaderos "esclavos" de las técnicas de computación; cada día nos atraen más los nuevos conocimientos que ello aporta, y casi se convierte en un vicio…
Entonces aquí es "donde se traba el paraguas". Este fenómeno resulta ser un trastorno grave, con sus consecuencias físicas, fisiológicas y psicológicas. Y se le atribuye, fundamentalmente, a aquellos entre los 35 y 45 años de edad.
"Estas personas poseen obsesión desmedida con el trabajo. Se necesita autocontrol y tolerancia para desconectar en su tiempo libre, que por ende es muy reducido. Suelen poseer mal dormir, llevando a la almohada las preocupaciones laborales", Carlos Becquer, especialista en Psiquiatría, del Hospital capitalino Comandante Manuel Fajardo.
En este orden, el elemento prioritario es el trabajo, y solemos sentirnos insatisfechos e irritables cuando nos encontramos fuera de este ambiente.
"Practicar juegos de azar, tomar drogas o beber de forma descontrolada son conductas reprobables ante uno mismo y ante los demás. Pero trabajar más de la cuenta, incluso en fines de semana o renunciando a las vacaciones, parece algo respetable", explicó Israel Pérez, estudiante de Medicina la Facultad Calixto García.
CONSECUENCIAS, TIPOLOGÍA Y SOLUCIONES
Se empieza a mostrar una implicación elevada, poca capacidad de disfrute, búsqueda de poder o prestigio que va acompañado frecuentemente por un sentimiento de inferioridad y miedo al fracaso.
Como consecuencia de este comportamiento, comienzan a deteriorarse las relaciones familiares y sociales, se pierde el sentido del humor, se produce un debilitamiento de la salud. Surge el aislamiento y se afecta la calidad de vida. Y además produce estrés, insomnio y, a largo plazo, hipertensión arterial y aumento de sufrir enfermedades cardiovasculares y afecciones coronarias.
"Los hombres son los más propensos, y más aquellos con profesiones liberales, y que no se mueven por necesidades económicas. Hemos recibido casos con pérdida de memoria por atención simultánea a muchas cosas, y déficit de autoestima. En general estas personas poseen un gran sentido del cumplimiento del deber", agregó Becquer.
Estudiosos del tema refieren que existen diferentes tipos de adictos al trabajo. Mencionan al ambicioso, competitivo, culpabilizado, inseguro, obsesivo, aislado y solitario, ente otros.
En la sociedad actual se ha producido una rehumanización progresiva de las condiciones laborales. El equilibrio entre las horas de trabajo, ocio y descanso resulta determinante para el bienestar personal.
Con el fin de enmendar este trastorno, primeramente hay que reconocer que lo padecemos. Nosotros mismos podemos analizarnos con profundidad la trayectoria vital. Si establecemos un programa de actividades con la pareja, hijos, amigos; reducimos las horas que se dedican al trabajo; priorizamos lo más urgente; usamos técnicas de relajación; nos entregamos a la relación amorosa y sexual; practicamos ejercicios; desterramos ideas perfeccionistas… Quizás podamos desprendernos de esta rutina.
Y entonces retomamos nuestra incógnita de hoy: ¿Se considera usted, lector de Cubahora, un adicto al trabajo?
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