Por Luis Beatón (Prensa Latina *)
Diario DigitalRD.Com
La Habana, (PL) La impunidad en la que vive el terrorista Luis Posada Carriles en Estados Unidos lleva a pensar que el magnicidio de John F. Kennedy es parte de su seguro de vida.
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La Habana, (PL) La impunidad en la que vive el terrorista Luis Posada Carriles en Estados Unidos lleva a pensar que el magnicidio de John F. Kennedy es parte de su seguro de vida.
El 22 de noviembre de 1963, cuando asesinaron al presidente, en Dallas, Texas, allí estaba un personaje apodado The Hunter (El Cazador), un experto francotirador entrenado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que años después se convertiría en un terrorista notorio.
Kennedy murió de varios disparos, y aunque la versión oficial lo niega, son más quienes piensan que el magnicidio fue resultado de una conspiración que involucró a la mafia, a terroristas de origen cubanos, a la CIA y oscuros intereses estadounidenses.
Partiendo de esta lógica algunos analistas infieren que "El Cazador" nombrado Luis Posada Carriles, tiene un pasaporte de impunidad otorgado quien sabe por qué oscuros intereses.
De no ser así, qué otra razón justifica que el sujeto permanezca en Estados Unidos u otros lugares, con la complicidad y el amparo de esa nación.
A 37 años, esa tragedia se mantiene como uno de los misterios sin descifrar en la historia estadounidense, pese a la infinidad de versiones, investigaciones y tesis que plantean una línea de solución.
Una mirada a la trayectoria de Posada muestra que este sujeto, conocido también como "el Bambi", tiene sus "padrinos" en Washington.
El 6 de octubre de 1976 una explosión destruyó en pleno vuelo frente a la costa de Barbados a una aeronave comercial cubana con 73 personas a bordo.
Dos bombas estallaron minutos después de despegar el aparato del aeropuerto internacional de Bridgetown.
Aunque un tribunal venezolano probara su culpabilidad y lo condenara a cárcel por ser uno de los principales autores de aquel hecho, Posada Carriles se fugó y goza hoy de la "indulgencia" de la justicia estadounidense.
Hasta ahora ninguna administración dejó que fuera cuestionado en un foro abierto sobre sus actividades, tal vez porque podría implicar a miembros clave de la clase dominante y sus operativos políticos.
El poder en este país no necesariamente está en la Oficina Oval, comentó al respecto desde su bufete en Washington, José Pertierra, abogado que representa al gobierno de Venezuela para la extradición del prófugo.
"El Presidente tiene cierto poder, pero hay mucho de este en las sombras y figuran el Pentágono, la CIA y personas que tienen mucho que perder si Posada Carriles es extraditado a Venezuela y comienza a cantar como un perico", añadió.
Hace pocos meses, la jueza Kathleen Cardone durante una vista judicial afirmó que el juicio contra Posada Carriles por mentir en su solicitud de ciudadanía estadounidense se celebrará el 11 de enero de 2011 en un tribunal de Texas (EEUU).
Contradiciendo la norma sostuvo que "no habrá más aplazamientos".
"El proceso se celebrara ese día en Texas y no se pospondrá mas'', advirtió la magistrada a los abogados del acusado, Arturo Hernández y Felipe Millán.
El pleito había sido aplazado en agosto de 2009 y en febrero de 2010.
Posada no estaba en las vistas en Texas. Descansaba en Miami, Florida.
No obstante su amplio historial terrorista, nada hace pensar que tendrá que "cantar" ante la justicia por esos delitos ya que es sólo procesado por mentir...
Solo irá a El Paso para responder a 11 cargos por presunto fraude, obstrucción de procesos, perjurio y falsas declaraciones.
Entre las mociones pendientes está la presentada por la defensa para eliminar del proceso los informes y la presentación en el tribunal de dos testigos del Buró Federal de Investigaciones (FBI) expertos en bombas, que analizaron el material explosivo utilizado en los ataques con explosivos en Cuba en la década de los noventa.
La defensa alega que los abogados del Gobierno de Estados Unidos no han proporcionado el material analizado y, por tanto, debe ser excluido todo testimonio relacionado con el mismo.
Al presentar los cargos contra Posada en el 2009, los fiscales John W. Lonkhuyzen y Paul Ahern, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, lo acusaron de mentir al negar durante su petición de asilo político su presunta participación en los ataques con bombas ocurridos en La Habana, en septiembre de 1997, en los que perdió la vida el italo-canadiense Fabio di Celmo.
Los fiscales presentarán como prueba una entrevista otorgada por el ex miembro de la CIA a la periodista Ann Louise Bardach del diario The New York Times en la que acepta su participación en esos actos criminales, además de los testimonios de los expertos del FBI.
Asimismo está acusado de suministrar declaraciones falsas a funcionarios de Seguridad Nacional sobre su ingreso ilegal a Estados Unidos por la frontera Matamoros-Brownsville.
Las autoridades federales presuntamente tienen pruebas de que ingresó vía marítima por Miami con la ayuda de un grupo de terroristas cubanos que lo recogieron en Isla Mujeres, México.
La protección al terrorista, sometido a un juicio en 2007 por los cargos iniciales de mentir en su proceso de naturalización, se puso de evidencia luego de entrar al complejo sistema judicial del país.
Cardone desechó los cargos por considerar que el Gobierno estadounidense sabía que el cubano-venezolano no era elegible para la naturalización aún antes de entrevistarle.
Pero en 2008, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito revirtió esa orden, regresando el caso al tribunal de El Paso (Texas), un tira y jala, que al parecer, se hace interminable.
Mientras tanto, ¿cuántos estadounidenses se preguntarán hoy si este terrorista y sus amigos en Washington tuvieron que ver con la muerte de Kennedy? ¿Hay temor de que hable si es enjuiciado?
Existen analistas que plantean una conexión con el asesinato y aseguran que "The Hunter" estuvo en la Plaza Dealey de Dallas en la hora fatal para el presidente Kennedy y se preguntan. ¿Será este su seguro de vida?
No hace falta hablar de su conexión con la CIA pero, en 1985, cuando se fugó de una cárcel venezolana donde era juzgado por los sucesos de Barbados, el jefe de la agencia era George H.W. Bush (padre).
Posada y sus socios responsabilizaban a Kennedy por el fracaso de la invasión de Bahia de Cochinos (Playa Girón) en 1961 y tenían razones para atentar contra éste, aseguran expertos.
Aunque la élite del poder se opone a la teoría de la conspiración, una investigación de la Cámara de Representantes y de medios independientes comulga con esa apreciación.
Para muchos académicos, "La Operación 40", un grupo especial dentro de la CIA establecido con la autorización del Consejo Nacional de Seguridad poco antes de la invasión de Playa Girón, es un eslabón clave en la historia.
En ese grupo se vinculan figuras como Félix Rodríguez "El gato", un importante oficial CIA que los entrenó en torturas y técnicas de interrogatorios, Orlando Bosch, Luis Posada Carriles y Antonio Venciana.
Chauncey Holt, un agente CIA ya fallecido, identificó a Posada Carriles como uno de los terroristas cubanos que se encontraba en la Plaza Dealey en el momento del asesinato de Kennedy.
Llama la atención que Porter Goss, quien fue director de la CIA, nombrado por George W. Bush, hijo del anterior director de la entidad, se encontraba vinculado a La Operación 40.
Los escritores Warren Hinkle y William Turner en su obra "Deadly Secrets" ("Secretos fatales"), identifican a Rafael Quintero, Luis Posada Carriles, Félix Rodríguez y Frank Sturgis como miembros de la Operación 40.
Estos estaban dirigidos por E. Howard Hunt y se asegura que los dos estaban en Dallas el día en que fue asesinado Kennedy.
Coincidentemente, Hunt y Sturgis estuvieron luego en prisión por el escándalo Watergate que comenzó con el arresto de cinco hombres por un allanamiento republicano a la sede del Comité Demócrata Nacional en el complejo de oficinas Watergate (en Washington) el 17 de junio de 1972.
Las investigaciones revelaron que además del robo de documentos, hubo fraude en la campaña electoral, espionaje político, abusos, sabotaje, intrusiones ilegales, auditorias de impuestos falsas, escuchas ilegales a gran escala y un fondo secreto para pagar y comprar el silencio de los participantes en aquella operación ilegal autorizada por el presidente Richard Nixon, quien finalmente renunció.
Entonces, no es osado afirmar hoy que Posada Carriles goza de un seguro de vida por lo que muy probablemente sabe de importantes figuras en Estados Unidos, entre las cuales los Bush marchan a la vanguardia.
Tampoco sería atrevido afirmar que en ese país oscuros intereses optan por su muerte biológica antes de que comparezca ante la justicia.
(*) El autor es periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.

Gracias por compartir este artículo aquí. Estoy muy contento de que agrega cosas básicas de un seguro de vida en su artículo. Voy a recomendar tu post en mi blog personal. http://www.segurodevidamiami.com/
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