Tomado de SCIENCE MAGAZINE, 30 DE ABRIL 2010, VOL 328
Versión al español de Juan Cajaraville
El bloqueo estadounidense contra Cuba, promulgado después que la revolución de Fidel Castro derrocó al régimen de Batista, cumplió 50 años en 2010. Su objetivo declarado ha sido traer la democracia al pueblo cubano, pero un informe del Senado de los Estados Unidos del 2009 concluyó que "el embargo unilateral a Cuba ha fracasado en lograr su propósito expreso". El apoyo nacional e internacional al bloqueo no es sólido. Muchos líderes políticos y empresariales proponen cambiar la política estadounidense hacia Cuba, y el Presidente Obama aflojó las restricciones a los viajes y remesas de los cubano-americanos. A la luz de tales cambios de actitud y política, y también la inminente revisión de la asistencia médica de los Estados Unidos, examinamos los resultados y lecciones de "uno de los más prolongados y complejos embargos en la historia moderna"
En las décadas anteriores a 1960, el apoyo económico estadounidense contribuyó a que Cuba lograse expectativas promedio de vida que, aunque a la zaga de sus vecinos norteños de Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, sin embargo sobrepasaba a otras regiones latinoamericanas. En respuesta a la confiscación de propiedades de ciudadanos estadounidenses, los Estados Unidos restringieron la importación de azúcar cubana en 1960, seguida en 1963 por la prohibición de comerciar alimentos, medicinas y suministros médicos. El bloqueo permaneció relativamente sin cambios y tuvo poco impacto económico en Cuba durante la época de Guerra Fría, principalmente a causa del fuerte apoyo financiero proveniente de la Unión Soviética. Para 1983, Cuba estaba produciendo más del 80% de sus suministros médicos con materias primas químicas adquiridas de la Unión Soviética y Europa, y había pocos reportes de escasez de medicamentos.
Durante los primeros 30 años de bloqueo, la expectativa promedio de viva creció en 12.2 años, comparable a las regiones de América del Sur y el Caribe.
Después del colapso de la Unión Soviética
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1989, la ayuda exterior quebró, y la economía y la salud de Cuba sufrieron. El consumo calórico adulto disminuyó un 40%, el porcentaje de recién nacidos con bajo peso (menos de 2500 g) creció un 23%, la anemia era común entre las mujeres embarazadas, y la cantidad de cirugías realizadas decreció un 30%. Después de una década de descensos constantes, la tasa total de mortalidad de Cuba creció un 13%.
La "Ley Torricelli" de 1992 apretó el embargo; la cantidad de subsidiarias de compañías de Estados Unidos ubicadas en el exterior con licencias concedidas para vender medicinas a Cuba declinó dramáticamente. La estadounidense Ley Helms Burton de 1996 buscaba penalizar además a los países extranjeros que comercien con Cuba. Para finales del siglo 20, pocas compañías farmacéuticas internacionales suministraban medicinas imprescindibles o sustancias químicas sin procesar a Cuba.
Antes de la Torricelli, Cuba importaba anualmente de las compañías subsidiarias estadounidenses, mercancías valoradas en 719 millones de dólares, 90% de los cuales eran alimentos y medicinas. Entre 1992 y 1995, solamente se aprobaron 300 000 dólares para la venta por las subsidiarias estadounidenses. Para 1996, el formulario nacional cubano de 1300 productos médicos se redujo a menos de 900 productos.
Las escaseces de medicamentos estuvieron asociadas con un 48% de incremento de muertes por tuberculosis de 1992 a 1993; la cantidad de casos de tuberculosis en 1995 se multiplicaron por tres en relación con los de 1990. Un incremento de las enfermedades diarreicas en 1993 y 1994, y un brote del síndrome Guillain-Barré, atribuidos ambos al agua contaminada con Campylobacter, siguieron a una escasez de productos químicos de cloración. Una epidemia nacional de neuropatía óptica y periférica, que comenzó en 1991, estuvo asociada con la malnutrición y escaseces de alimentos. Aunque los Estados Unidos pusieron fin en 2000 a las restricciones sobre la venta de alimentos a Cuba, no se revocaron las restricciones sobre las medicinas y suministros médicos. Las importaciones cubanas de productos médicos desde los Estados Unidos no han crecido sustancialmente desde 2001. Aunque es difícil establecer la causalidad, las sanciones comerciales estadounidenses alteraron el suministro de medicamentos y probablemente tuvieron consecuencias graves y focales sobre la salud de los cubanos.
Buena salud a pesar de una economía débil
Sin embargo, los impactos de las sanciones sobre los sistemas financieros de Cuba, los suministros médicos y las medidas de salud parecen atenuarse por sus éxitos en otros aspectos de la asistencia médica. A pesar del bloqueo, Cuba ha producido mejores resultados de salud que la mayoría de los países latinoamericanos, y que son comparables con los de los países mas desarrollados. Cuba tiene la mas alta expectativa promedio de vida al nacer (78.6 años) y la densidad de médicos per capita (59 médicos por cada 10 000 personas), y la más baja tasa de mortalidad infantil (4.8 por cada mil nacidos vivos) y de niños (7.0 por cada mil nacidos vivos) entre 33 países latinoamericanos y del Caribe.
En el año 2006, el gobierno cubano empleó alrededor de 355 dólares per capita en salud, 7.1% del total del Producto Interno Bruto (PIB). El costo anual de atención médica para un estadounidense fue de 6 714 dólares, 15.3% del total del PIB estadounidense. Cuba también empleó menos en salud que la mayoría de los países europeos. Pero los bajos costos de atención médica por si mismos no pueden explicar totalmente los éxitos de Cuba, los que puede que se relacionen más con su énfasis en la prevención de enfermedades y la atención médica primaria, que se han adoptado durante el bloqueo comercial.
Cuba tiene uno de los sistemas de atención médica más proactivos del mundo. Mediante la educación a su población sobre la prevención de enfermedades y fomento de la salud, los cubanos dependen menos de los suministros médicos para mantener una población saludable. Lo opuesto es los Estados Unidos, que depende fuertemente de los suministros médicos y las tecnologías para mantener una población saludable, pero a un costo muy alto.
El sistema de educación y capacitación médica ha puesto énfasis en la atención primaria desde 1960, cuando Cuba creó el Servicio Médico Social Rural para estimular a los médicos jóvenes a trabajar en las zonas rurales. Para 1974, todos los graduados de medicina tenían que pasar hasta 3 años ejerciendo la medicina comunitaria en una zona rural. Actualmente, en la terminación de la escuela de medicina, el 97% de los graduados entran en una formación de residencia de medicina familiar por 3 años, llamada "medicina general integral". Después de la residencia de medicina familiar, alrededor del 65% de los médicos comenzarán a ejercer la medicina de atención primaria, y los restantes entrarán a la formación de especialidad.
Cuba ha también creado una infraestructura de atención médica para apoyar la medicina de atención primaria. En 1965, Cuba creó un sistema de policlínicos ubicados en las comunidades, que proporcionan atención primaria, servicios de especialidades, y pruebas diagnosticas y de laboratorio a una zona de captación de 25 000 a 30 000 personas. Cada uno de los 498 policlínicos adapta la educación y servicios médicos al perfil epidemiológico de su población local. En 1984, Cuba añadió otro nivel de atención primaria al establecer clínicas de medicina familiar ubicadas en el vecindario, llamadas consultorios. Un policlínico actúa como centro organizacional de 20 a 40 consultorios. Cada cubano tiene programado visitar, o ser visitado por un médico de consultorio al menos una vez al año.
Cuba tiene unas de las más altas tasas de vacunación y más altos porcentajes de nacimientos atendidos por expertos trabajadores de la salud del mundo. La atención médica proporcionada en los consultorios, policlínicos y los más grandes hospitales regionales y nacionales es gratis para los pacientes, excepto para algunos medicamentos subsidiados. Este énfasis en la medicina de atención primaria, la capacidad en salud de la comunidad, la cobertura universal, y la accesibilidad de los servicios de salud puede ser como Cuba logra resultados de salud de mundo desarrollado con un presupuesto de mundo en vías de desarrollo.
Lecciones de política: Viajes, Comercio y Atención Médica
Una mayoría de los estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, favorece el mejoramiento de las relaciones con, o suavizando las sanciones contra, Cuba.
El Congreso está considerando un proyecto de ley para eliminar las restricciones de viajes, y proyectos de ley que pudieran levantar el bloqueo comercial y facilitar las exportaciones médicas y viajes a Cuba. La Administración Obama parece dispuesta a convertir estos proyectos de ley en ley. Nosotros alentamos la legislación que al menos permita viajar sin restricciones a Cuba y elimine el bloqueo sobre las medicinas y los suministros médicos. La mejor política sería eliminar el bloqueo comercial.
En marzo 2010, el Congreso introdujo un proyecto de ley para fortalecer los sistemas de salud y ampliar el suministro de experimentados trabajadores de la salud a países en desarrollo. Cuba ha estado activamente haciendo esto desde 1999, al inaugurar la Escuela Latinoamericana de Medicina para adiestrar a más de 10 000 estudiantes de medicina de todo el mundo. Cuba también continúa desplegando médicos para trabajar en alguno de los países más pobres del mundo, una práctica comenzada en 1961.
En el frente interno de los Estados Unidos, dado el reciente impulso de apoyo a la reforma de la atención médica, puede haber oportunidades para aprender de Cuba valiosas lecciones sobre el desarrollo de un sistema de salud verdaderamente universal de atención médica que ponga el énfasis en la atención primaria.
Adoptar alguna de las exitosas políticas de atención médica de Cuba puede ser el mejor primer paso hacia la normalización de las relaciones. El Congreso pudiera solicitar un estudio al Instituto de Medicina de los éxitos del sistema de salud cubano y de cómo emprender una nueva era de cooperación entre los científicos cubanos y estadounidenses.
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