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jueves, 13 de enero de 2011

Cuba y EE.UU. reconocen avances en el diálogo sobre migración

Por: Fernando Ravsberg
Cuba

Tras la firma de los acuerdos desaparecieron las balsas y los botes. Ahora los emigrantes usan lanchas rápidas.

Los gobiernos de Cuba y Estados Unidos realizaron una nueva ronda de conversaciones migratorias para darles seguimiento a los acuerdos bilaterales firmados en 1995 con el fin de promover una migración ordenada, legal y segura.

Las delegaciones, que se reunieron en La Habana, estuvieron encabezadas por el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Dagoberto Rodríguez, y por la subsecretaria para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson.

En general, el resultado de esta ronda fue similar al de las anteriores: ambos gobiernos se criticaron amablemente algunas de sus políticas, pero ratificaron su compromiso con los acuerdos que hace 15 años pusieron fin a una salida masiva de balseros.

Sin embargo, en esta ocasión se encontraba como telón de fondo la detención en Cuba de un estadounidense acusado de espionaje. Washington intenta conseguir su liberación, pero también La Habana aspira a recuperar cinco agentes presos en Estados Unidos.

Ratifican convenios migratorios

Según La Habana, "la reunión se desarrolló en un clima respetuoso" en el que "se reconoció la disminución significativa de las salidas riesgosas (de inmigrantes) entre Cuba y Estados Unidos, como resultado de los esfuerzos emprendidos por los dos países".

El gobierno de la isla agregó que "las autoridades cubanas han respondido a las solicitudes de Estados Unidos y han ofrecido información de valor, así como testimonios y evidencias" utilizados en los tribunales estadounidenses contra los traficantes de personas.
EE.UU. concede cada año 20.000 visas a ciudadanos cubanos.

Sin embargo, reiteró que "el tráfico de emigrantes no podrá eliminarse ni se podrá alcanzar una emigración legal, segura y ordenada entre los dos países mientras se mantenga la Ley de Ajuste", que otorga residencia a todo cubano que pise suelo estadounidense.

El comunicado de la delegación de Washington fue aún más impreciso al afirmar que destacaron las áreas de cooperación exitosas y se identificaron los obstáculos para la aplicación de los acuerdos. No lo especificaron, pero seguramente se referían a los profesionales a los que Cuba no les permite emigrar a pesar de tener visado de Estados Unidos.

En el único momento en que el comunicado fue explícito fue para pedir la "liberación inmediata" del "ciudadano estadounidense Alain Gross, detenido en Cuba desde el 3 de diciembre del 2009", acusado de espionaje por La Habana.

Gross y "los cinco"

Alain Gross viajó a Cuba contratado por el gobierno estadounidense para realizar operaciones ilegales en la isla, aunque -según Washington- sólo se dedicaba a regalar teléfonos satelitales y computadoras entre los judíos cubanos.

Sin embargo, la comunidad hebrea en la isla se ha desentendido del asunto, afirmando que no conocen a Gross y que nunca recibieron equipos de él. El gobierno cubano no ha presentado aún cargos, pero varios políticos ya lo calificaron públicamente de espía.

El gobierno de Estados Unidos hace enormes esfuerzos para recuperarlo. El secretario de Estado Adjunto para Latinoamérica, Arturo Valenzuela, insistió el miércoles durante una visita a Chile que un posible diálogo con Cuba depende de la liberación del "contratista".
Sin embargo, propuestas tan generales no parecen entusiasmar demasiado a las autoridades de la isla, muy acostumbradas a la falta de diálogo con su vecino del norte después de medio siglo sin relaciones bilaterales.

La Habana parece buscar algo mucho más concreto como, por ejemplo, un discreto "intercambio de espías". El pasado año, el ex presidente Fidel Castro anunció el inminente regreso de los cinco agentes presos, lo que hizo pensar que se estaba negociando.

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