Con información de Pueblo en Línea
La tasa de cambio de la divisa china, el renminbi, vuelve a ser actor principal, en el presente y a futuro inmediato, sobre el escenario de las relaciones chino-estadounidenses, según destacan hoy medios de prensa, que avizoran nuevas fricciones bilaterales por el tema.
Así lo señala un despacho de la agencia española EFE fechado el lunes en Washington, al destacar que los apremios estadounidenses para que Beijing revalorice su moneda a la brevedad deberán ocupar un lugar priorizado cuando ambas partes celebren una nueva ronda de diálogo estratégico y económico, los días 9 y 10 de mayo próximos, en la capital de EEUU.
Al admitir que esta situación supone uno de los "asuntos más espinosos en la relación bilateral", la agencia recuerda que el Departamento del Tesoro anunció el pasado día 8 una demora en la publicación de su informe semestral sobre política monetaria de China, documento que debe decidir si China manipula o no el yuan.
Si bien la Hacienda estadounidense aseveró en 2010 que no existían pruebas de que China manipulara su divisa, sí insistió en que el yuan seguía
"sustancialmente infravalorado" y que el ritmo de su apreciación es "insuficiente", añade EFE, para exponer a continuación la convicción de EEUU de que "un yuan por debajo de su valor de mercado favorece de manera injusta a las exportaciones chinas en detrimento de sus productos."
Para calzar la visión oficial de China sobre este diferendo financiero, EFE cita al presidente del banco central de China, Banco Popular, Zhou Xiaoxhuan. El funcionarío habría dicho el pasado 16 que su país flexibilizará el tipo de cambio de su moneda, pero lo hará "paso a paso".
Esa misma posición la mantuvo Zhou en una conversación cara a cara, durante un reciente desayuno de trabajo en Beijing con el senador demócrata Charles Schumer, al que el diario The Wall Street Journal califica hoy como uno de los "principales críticos a las actuales políticas cambiaras chinas."
Schumer, quien viajó a China junto a otros nueve legisladores, salió evidentemente decepcionado del encuentro con Zhou, dada la "negativa de China a permitir una revalorización más acelerada," apunta el autor de la nota, el periodista Michael R. Crittenden, quien sostiene que esa negativa tiene muchas posibilidades de desatar la indignación del Congreso de EEUU.
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