Según explicaciones brindadas por analistas en la televisión, hay un delito del cual no se comenta mucho y que se ha convertido en un flagelo para muchos habitantes de este país. Se trata del “Robo de identidad”. El tesoro más valioso de un ciudadano, es su persona, su vida, su privacidad, su identidad, que sumado a la de su familia, componen el escalón más importante de un ser humano.
Cada persona, al menos en esta nación donde es tan usual ser víctimas de delitos de fraude, cuida muchos de su número de Seguro Social, Licencia para conducir, tarjetas de créditos, Pasaporte, números de teléfonos, seguros de vida y de sus propiedades, en fin son muchos los cuidados que hay que conservar para cada uno de ellos en nuestra intimidad en la vida.
Pero es muy fácil arreglárselas por parte de algunos delincuentes especializados, en robar las identidades de los ciudadanos para lucrar robando sus fondos, tarjetas de créditos, cuentas bancarias en fin, con toda su vida.
En un programa de la televisión, se explicaba por un experto en poder realizar, cómo se las arreglan los delincuentes, para robar identidades. Llamó a un par de personas del público asistentes y con solo conocer sus nombres y apellidos y con el uso de una computadora, a través de un aparentemente sencillo proceso, en la net, este técnico pudo conocer datos privados de cada uno de los dos asistentes, tales como Seguro social, dirección, etc.
Se dio a conocer que cada tres o cuatro segundos, una persona es estafada en el país, robándole su identidad y usando sus tarjetas de créditos y cuentas bancarias, para robar dinero y realizar comparas, a veces hasta por varios miles de dólares. Se calcula que el movimiento que dejan estos delitos, están rodeando los $ 70,000 millones cada años.
Por eso nos unimos a hacer énfasis en que se deben guardar celosamente bien, los datos personales de cada cual y NO dar a conocer el número de Seguro Social, sin saber quién dárselo. La vulnerabilidad comienza en esto, ya que desde que vemos a un médico, un dentista, un crédito para adquirir alguna mercancía o servicio, el seguro del auto, de la vivienda, en fin que entregamos nuestro número facialmente a infinidad de otras personas todos los días. Esta es otra de las tragedias cotidianas en que las autoridades de este gran país, no han sido capaces de poder combatir con la eficacia que se requiere, a favor de la ciudadanía.