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martes, 22 de mayo de 2012

Béisbol cubano sale del closet o Poner en tres y dos a la homofobia en el deporte

Por primera vez en Cuba un destacado ex atleta del béisbol reconoció en público la existencia de jugadores homosexuales dentro del pasatiempo nacional y aludió a las dificultades que atraviesan como consecuencia de la homofobia que predomina en este deporte.

Yosvany Pérez, el Zurdo de oro de Constancia, afirmó que conoció buenos atletas homosexuales en el béisbol durante la 5ta Jornada Cubana contra la Homofobia. De pie, a su lado, el popular presentador y periodista de la televisión, Reinaldo Taladrid.

La confirmación la hizo el otrora estelar pitcher de Cienfuegos, Yosvany Pérez Ruiz, al intervenir en un panel que tuvo lugar la pasada semana en la Universidad de Ciencias Médicas de esa provincia del centro del país, durante la 5ta Jornada Cubana contra la Homofobia.

El también conocido como Zurdo de oro de Constancia, quien actualmente funge como entrenador de picheo del equipo de béisbol cienfueguero luego de su retiro del deporte activo en el 2006, fue invitado por el popular presentador y periodista de la televisión Reinaldo Taladrid, moderador del intercambio entre los estudiantes de medicina, un grupo de activistas de todas las orientaciones sexuales e identidades de género que agrupan las redes sociales comunitarias del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), y su directora, Mariela Castro Espín.

La pregunta sobre la homosexualidad en el béisbol la hizo una activista lesbiana, estudiante de medicina en la Universidad de Cienfuegos.

Al calor de la discusión, una activista lesbiana que cursa su carrera en ese centro universitario le preguntó a Yosvany Pérez por la situación de los homosexuales dentro de la pelota cubana y su posición sobre el tema. Rápidamente saqué la grabadora, pues era evidente que su respuesta, cualquiera que fuera, sería noticia. A continuación, transcribo casi literalmente lo dicho por el destacado pelotero:

“Sí conozco muchos atletas, y en mi deporte el beisbol, que tienen inclinación por personas del mismo sexo, pero no lo demuestran producto de ese mismo ambiente. En el deporte no se admite, dentro de los mismos atletas, ese ambiente que a veces no está acorde con un juego de beisbol o cualquier otro deporte.

“Se han dado casos, casos, pero son minoría. No existe —cómo se puede decir— que se sientan relajados; al contrario, son personas calladas, no se relacionan mucho con otros equipos, no conversan prácticamente, porque saben que hay personas que conocen que tienen su inclinación; pero para nada, son muy buenos atletas, han sido muy buenos atletas, y creo que no define nada.

“Yo comentaba con la doctora [Mariela] que estas conferencias sirven de mucho; tuve la experiencia de ver un programa de televisión de Cienfuegos hace varios años, que comenzaron a hacer entrevistas en el bulevar y lo primero que preguntaron ‘usted se considera una persona heterosexual’ y el individuo salió corriendo ‘no, no, no, para nada, yo soy hombre’, y así les preguntaron a varias personas. Así, esto sirve para que las personas se orienten, conozcan, tengan un poco más de información sobre en qué consiste la homosexualidad.

“Particularmente no estoy en contra de nada de eso, al contrario, los apoyo. No me considero una persona que esté encima de esas personas o que se siente por encima de esas personas, al contrario, somos seres humanos y nos corre la misma sangre…

“Sí, de una pregunta que hicieron al principio pero yo no tenía la palabra en ese momento, sobre el respeto y la dignidad: no creo que no tengan dignidad, pero sí hay casos de personas que no se dan a respetar en un momento o en una situación determinada, que en eso sí tenemos que trabajar y contribuir, con todas estas conferencias, porque hacen cosas que no tienen nada que ver con lo que son verdaderamente, y eso afecta a otras personas y grupos que no lo toman bien. En eso sí creo que hay que trabajar muy fuerte.

“Tengo amistades también que son homosexuales, y para nada les falto el respeto, no tienen por qué faltármelo a mí, no tienen que expresar lo que son, porque son seres humanos igual que nosotros, eso es todo”.

Hasta aquí las declaraciones del estelar pitcher cienfueguero. Como pueden apreciar, a pesar de su buena voluntad, las palabras de esta figura del deporte cubano revelan muchos de los prejuicios y de la cultura homofóbica que existe en la sociedad cubana, y en el deporte en particular.

Felicité al pelotero por su valentía al participar en la Jornada y hablar por primera vez en público de un tema tabú, aunque también invité a los presentes a pensar en cuánto sufrimiento puede causar entre nuestros deportistas la homofobia y la discriminación.

De hecho, me pareció tan importante el fenómeno que destapó Yosvany Pérez al hablar ese día, que logré vencer el miedo escénico y levanté la mano para dar mi opinión, lo cual pude hacer como uno más entre las decenas de activistas que participábamos dentro del numeroso público que colmó el teatro de la institución docente.

Felicité al atleta por la valentía de participar en una actividad de la Jornada —al parecer no todas las personas en Cuba, incluyendo a los dirigentes gubernamentales y políticos, están dispuestos a hacerlo todavía— y le agradecí sinceramente que admitiera una realidad completamente silenciada hasta ahora.

A teatro lleno fueron los dos debates en centros de educación superior de Cienfuegos, este en Ciencias Médicas, y el día anterior otro también muy polémico en la Universidad Pedagógica.

No obstante, a partir de sus propias palabras sobre la manera retraída en que se comportaban esos peloteros homosexuales que él había conocido, le invité a pensar — y también a todas las personas allí presentes— sobre qué sentirían, cuánto sufrimiento e injusticia padecerían esos deportistas que en el béisbol o en otras disciplinas, tienen que ocultar su orientación sexual, no pueden hablar y mostrar sus afectos y sentimientos como el resto de sus compañeros o compañeras, bajo pena de recibir burlas y rechazo, y en casos extremos, hasta la separación de sus equipos.

El respeto hay que exigirlo a todos los seres humanos, con independencia de la orientación sexual que tengan. Singularizar o generalizar ante posibles conductas inadecuadas de personas homosexuales o transexuales es también un prejuicio homofóbico.

En cuanto a la cuestión del respeto, argumenté que no debe haber dobles raseros, ni singularizaciones discriminatorias. Y utilicé un ejemplo que todo pelotero conoce muy bien.

¿Acaso alguna vez alguien hace notar la orientación sexual de los fanáticos que causan problemas en los estadios; ofenden a managers, árbitros o jugadores; o se comportan violentamente? ¿Por qué nunca oí decir a nadie: “mira qué mal educados son esos heterosexuales”? ¿Cuál es el motivo de que siempre haya quien asocie cualquier conducta inadecuada de alguna persona lesbiana, gay o transexual con su orientación sexual o identidad de género? ¿No es eso una forma velada de homofobia?

De todos modos, reiteré finalmente mi felicitación a Yosvany Pérez, a quien espero no le causen problemas sus declaraciones sobre la homosexualidad en la pelota cubana, justo ahora cuando está en pleno apogeo la gran final de la serie nacional de béisbol entre Ciego de Ávila, y mi equipo azul: Industriales.

Ojalá este inédito “lanzamiento” del pitcher cienfueguero marque el primer “strike” de muchos más que en el futuro serán necesarios, para poner “en tres y dos” a la homofobia dentro del ámbito del deporte en la Isla, y en particular en el béisbol, y “ponchar” a todos esos prejuicios y discriminaciones.

Comienza así tal vez en Cuba un extenso Campeonato por el reconocimiento de la diversidad sexual y el logro de la justicia y la dignidad plenas para lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros dentro de todo el ámbito deportivo nacional.