El accidente automovilístico que ocasionó la muerte del Disidente cubano Oswaldo Payá Sardiñas ha colocado en una difícil situación al gobierno español del derechista Mariano Rajoy.
Un dirigente de su Partido, el joven Ángel Carromero iba de conductor del vehículo en que murió Oswaldo Payá, a quien el gobierno cubano señala como responsable de la muerte del conocido Disidente cubano. Por su parte la familia de Payá- esposa e hijos- siguiendo la línea trazada por los grupos opositores al gobierno cubano y sus voceros en el exterior, tanto en Miami como en Madrid, dicen que no fue un fatal accidente sino un “asesinato político” perpetrado por el gobierno cubano para quitarse de encima a un “molesto opositor”.
En realidad Oswaldo Payá era un opositor que no tenía gran respaldo del resto de los llamados “Disidentes” y mucho menos gozaba de apoyo en la derecha extremista de Miami ya que Payá se oponía a la Ley de Embargo del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, era partidario de los viajes de cubanos del exterior a la isla y por añadidura, era el único dirigente de la oposición que trabajaba todos los días en una dependencia del gobierno cubano cobrando un salario estatal, situación sui generis que lo hacía para sus detractores en Cuba, un “Disidente flojo” o quizás en “contubernio con la Seguridad del Estado”, según el decir difamador de los extremistas de la derecha recalcitrante de Miami. ¿Por qué iba entonces el gobierno cubano querer “quitarse de encima a Oswaldo Payá?
Ahora el gobierno del Partido Popular de derechas de España que había propiciado y costeado como “turista” el viaje a Cuba de su dirigente juvenil, se encuentra en tres y dos, para decirlo en términos beisboleros. O reconoce que la muerte de Osvaldo Payá fue consecuencia de un accidente automovilístico como dicen las autoridades cubanas, o sigue la línea que han trazado los “Disidentes” y sus voceros de Miami y Madrid, que acusan al gobierno de la isla de haber cometido un “asesinato político”. De tomar esa posición acusatoria contra Cuba para complacer a la Disidencia, el gobierno de España tendría que romper sus relaciones diplomáticas con La Habana porque el gobierno cubano no aceptaría en modo alguno acusación calumniosa semejante. Tendrá que “mover ficha” el derechista Rajoy o los “Disidentes” dirán que se ”rajó” Rajoy.
