Un blog de Miami dio a conocer una noticia sobre una
reunión que tuvo lugar este miércoles 7 de octubre en los predios de la emisora
Radio Martí en el sur de la Florida. El director Carlos García se ha traído
desde San Diego a Alberto Pando, un experto en medios de comunicación que
trabajó antes con Televisa, para entregarle el cargo de gerente general. Pando
su unió a la mexicana Natasha Crujeiras, no hace mucho promovida a jefa de
contenido de esa agencia del gobierno federal.
Algunos empleados han puesto el grito en el cielo y
hablan de una conspiración para descubanizar a Radio Martí, pero en verdad no
es más que un intento, bastante tardío por cierto, por detener la emisión
inútil de mentiras y calumnias hacia Cuba sin la menor credibilidad y rigor
periodístico.
Es risible el punto de vista de los empleados de Radio
Martí que se ven amenazados por la presencia del nuevo gerente general, pues
solo les está pidiendo cosas que son simplemente de oficio en la práctica del
periodismo; como es la contrastación de las fuentes, no usar lenguaje ofensivo,
no calumniar, etc.
Si los periodistas de Radio Martí se sienten ofendidos
y maniatados por seguir ciertas reglas básicas de la profesión, es porque hasta
ahora se han estado desenvolviendo sin control, arbitrariamente, propagando
mentiras que ni ellos mismos se creen.
Además de que nunca me interesó hacer declaraciones
para ese medio, no cuentan allí ni con un segundo de mi voz porque se trata de
una simple cuestión de seguridad, porque en Radio y Televisión Martí editan
como les viene en gana, post producen los materiales sin respetar la intención
del entrevistado y luego de todo eso, si después de publicado no les gusta, lo
desaparecen de la red sin dar una explicación.
Detrás de las exigencias de Alberto Pando a sus
subordinados se nota la decisión federal, gubernamental, de ponerlos a trabajar
bajo los estándares del periodismo norteamericano. Por tanto, la reacción
hostil ante lo que no es más que una lógica exigencia profesional, demuestra el
deseo de algunos de mantenerse sobreviviendo en una especie de feudo o finca
privada donde nadie les pide cuentas.
Cada vez que a Radio Martí no le ha convenido una
noticia, la ha suplantado con una falsedad. Ha llegado a cuestionar la política
del presidente Obama hacia Cuba y a editorializar en su contra para satisfacer
los gustos de la derecha cubanoamericana de Miami, la mayoría de cuyos líderes
están afiliados al partido Republicano.
Es lógico entonces que llegara un día en que el gobierno
Demócrata detuviera esta situación. Es por eso que creo que la reunión
mencionada al principio de este artículo no es más que el primero de un grupo
de pasos que se van a dar hasta que finalmente pase lo que tiene que suceder;
que es el cierre definitivo de ese proyecto violatorio de la tranquilidad y la
soberanía cubana. Algo que el presidente Raúl Castro ha denunciado
recientemente en la ciudad de New York; y también altos funcionarios cubanos
como el Canciller Bruno Rodríguez y la Directora para América del Norte de la
Cancillería, Josefina Vidal.
Si cada vez la opinión pública es más consciente del
inútil gasto que significa un plan como Radio y TV Martí, donde el salario
medio un empleado es 92 mil dólares anuales, más beneficios; si por otra parte
el gobierno federal ha decidido exigirle estándares nacionales en el ejercicio
del periodismo que los empleados no quieren o no pueden cumplir; sumado a que
Cuba no permitirá nunca que se viole su espacio radioeléctrico nacional;
entonces, Radio y TV Martí no tienen posibilidades; se encuentran en la última
etapa de su existencia. Están condenadas al vacío, la nulidad, el olvido.
Acaban de recibir el segundo jaque, ya que el primero
lo recibieron el primer día de su existencia. El pueblo cubano ni les escucha,
ni les ve. Quienes siguen la partida no dan mucho más de un año para que
reciban algo tan definitivo como un simple Jaque Mate Pastor.
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/@edmundogarcia65