Por: Jorge Gómez Barata
Tal vez por lo que tiene de inspirador, todavía se cita la idea que hace tiempo en Cuba alimentó un enriquecedor debate acerca de “…Pretender construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo…”* Hoy no se trata de eso, sino de discutir si no será otra quimera intentar hacerlo con las no menos maltratadas herramientas del socialismo real.
Al leer la esperada Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, desde el prólogo sorprende el método, porque: “Su redacción se ha elaborado en tiempo presente, aunque se refiere a la sociedad futura a que aspiramos…” De ese modo el documento proporciona la posibilidad de asomarse al socialismo que hoy es una aspiración, y algún día será real.
El texto describe un entorno en el cual sueños de hoy, ya se han realizado, y lo que ahora son potencialidades están allí vigentes. Obviamente, en el ambiente descrito, que no es una realidad social sino una “realidad deseada”, todo está hecho, no existen contradicciones, luchas, y ni siquiera metas. Es como vivir la experiencia de viajar al futuro y regresar para intentar construirlo desde el presente.
Una ventaja es que, aunque sea a modo de prospectiva se devela el enigma acerca de qué es realmente el socialismo, aunque se pierde la emoción que el misterio aportaba. Es como hacerle un ultrasonido de embarazada al porvenir, y conocer de antemano sexo, peso y color de los ojos de la criatura.
Sin embargo, lo que sigue es todavía más llamativo, porque allá (según el porvenir redactado en presente) (8) “La sociedad cubana se encuentra en el proceso histórico de construcción del socialismo…”, y (9) “La experiencia ha demostrado que este (es decir la construcción del socialismo), constituye un prolongado proceso histórico…”
¿A qué experiencia se referirán los autores?, y sobre todo, ¿a qué demostración? Ateniéndonos a los hechos, la única experiencia histórica de construcción del socialismo conocida resultó fallida, y lo probado fue su inviabilidad plasmada en la debacle que condujo el fin del proyecto soviético y europeo oriental de construcción de la nueva sociedad. No importa el tiempo en que se narre: hechos son hechos.
¿Será acaso que el mundo nuevo, (futuro redactado en presente), es una reedición corregida de aquella experiencia? Es algo que seguramente encontrará respuesta en el debate. Seria insólito que se propusiera reproducir la experiencia soviética. De ser así la discusión se remitiría no al futuro escrito en presente, sino a la pregunta de ¿por qué se derrumbó?
En cualquier caso el debate apenas comienza. Será difícil, porque la metodología propuesta obliga a un ejercicio de futurología poco usual. No obstante, para todos los cubanos, especialmente para los militantes y para el Partido, se presenta la oportunidad de explorar el futuro, y decidir si es preferible reeditar o innovar. Allá nos vemos.
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*Ernesto Guevara. El Socialismo y el Hombre en Cuba
lunes, 6 de junio de 2016
CONCEPTOS A DEBATE (I)
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