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domingo, 29 de noviembre de 2015

#Cuba: Sobre la venta de productos agropecuarios

comercio-mayorista-1-580x392Por: Rolando López del Amo

Mucho se habla en estos días de los altos precios de los productos agrícolas en la capital del país. Sin embargo, un vecino que acaba de regresar de Holguín me refería que una libra de malanga costaba nueve pesos, más alto que en La Habana.

Por lo poco que se conoce por la información pública sobre las asambleas provinciales del Partido Comunista de Cuba, se habla de incumplimientos y surgen opiniones críticas del llamado experimento sobre la comercialización de productos agrícolas de las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque y se oyen voces que proponen restablecer el antiguo acopio que mantenía desabastecida a la capital.

Se está necesitando una discusión pública, televisada y radiada, con todo el tiempo necesario, para analizar los problemas, sin justificaciones falsas, existentes con las diferentes partes que intervienen en la producción y distribución de productos agropecuarios. Las palabras del compañero Machado Ventura en la asamblea del Partido en Matanzas reflejan el calamitoso estado de esa provincia en la producción agropecuaria ratifican mi opinión.

Deben estar presentes el Ministerio de Agricultura, las UBPC, las CCS, los productores individuales, los usufructuarios y todos los que tienen que ver con la comercialización.

A primera vista, parece que hay muchos intermediarios y que el centro de El Trigal, en el caso de La Habana, es un centro encarecedor.

Si los productores, por sí solos o agrupados libremente, dispusieran de transporte propio y locales de comercialización, podrían eliminarse intermediarios encarecedores.

Es cierto que este año hemos padecido de una sequía muy severa que afecta diversos cultivos que requieren de agua abundante. Pero hay productores y productores. Hace muchos años que venimos reportando la pérdida de decenas de miles de cabezas de ganado por falta de alimentación. Y la clave está en que no se ha sembrado el pasto necesario, ni se ha hecho el ensilado para la seca y en que se derrocha el agua disponible. Como decía un militante en una de las reuniones, si se gasta determinada cantidad de agua para producir seis toneladas de arroz por hectárea y solamente se producen tres, hemos desperdiciado la mitad del agua. Hay productores, ganaderos, que a pesar de todas las dificultades de la naturaleza, han mantenido altos rendimientos y no han sufrido pérdidas.

Y es que, al parecer, a las dificultades objetivas se suman muchas subjetivas. Problemas de organización, descontrol, desidia, indolencia y facilismo andan sueltos, mezclados con la burocracia y su maraña de no se puede.

La población desea y necesita una explicación sincera y verídica de la situación y lo que se hace para cambiar, para bien, desde la base hasta la cima.

La alimentación –está dicho por la más alta dirección del país- es un problema de seguridad nacional y como tal debe ser tratado. Romper trabas y encontrar soluciones es una tarea impostergable.