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sábado, 28 de noviembre de 2015

Dos notas sobre el deporte cubano

CubdPor: Rolando López del Amo

La revolución cubana proclamó el deporte como un derecho del pueblo. Mucho se ha hecho y mucho se ha dejado de hacer. El hábito de desconocer todo lo que se hacía antes del triunfo revolucionario y sólo aceptar como bueno lo que hemos hecho nos lleva a cometer errores.

En mis tiempos de estudiante de bachillerato en la primera mitad de los años cincuenta del siglo XX, los institutos preuniversitarios celebraban campeonatos nacionales anuales en deportes como el baket-ball y el volley-ball, tanto masculinos como femeninos. Esta era una práctica que se seguía también en los colegios privados. Hoy, los juegos escolares nacionales se limitan solamente a las escuelas de deportes.

Si se hicieran torneos entre escuelas primarias, secundarias básicas y secundarias superiores o técnicas, más universitarios, se crearía un verdadero ambiente nacional de juegos escolares que sería fuente de posibles futuros atletas y campeones, además de promover un uso positivo del tiempo libre y forjar las buenas cualidades que promueve la práctica deportiva. Esa es una tarea pendiente de ambos ministerios de educación y del INDER.

El segundo tema al que quiero referirme es el de nuestro deporte nacional, el béisbol o pelota. Resulta evidente que hemos sufrido una sangría de nuestros mejores jugadores atraídos por las ligas profesionales, en particular las Grandes Ligas de los EEUU. Actualmente se han adoptado sabias medidas de permitir a nuestros peloteros desempeñarse en ellas, con la excepción, no por culpa nuestra, de las Ligas Mayores de los EEUU que imponen la denigrante condición de renunciar a la ciudadanía cubana a los peloteros de nuestro país para jugar es esas ligas. Pero dejando de lado a quienes anteponen el dinero o la ambición personal a la fidelidad a la patria en que nacieron y se formaron como peloteros, hay que encontrar fórmulas nacionales para elevar el nivel de nuestro béisbol en lo interno. Resulta obvio que quince equipos son demasiados. Esa cifra es buena como cantera hasta Sub-23, pero se necesita una liga más reducida como liga superior. En realidad todos nuestros peloteros son profesionales y no aficionados porque su profesión es jugar a la pelota. No son aficionados que de lunes a viernes trabajan o estudian y juegan pelota los fines de semana.

En los tiempos de la pelota profesional cubana había solamente cuatro equipos y todos radicaban en la capital del país: Habana, Almendares, Marianao y Cienfuegos. Y la mitad de sus jugadores eran norteamericanos. Llegamos a tener un equipo nacional para jugar en liga Triple A, los Cuban Sugar Kinas, o sea, los Cubanos Reyes del Azúcar.

Ahora que nos reinsertamos en los campeonatos de la Liga del Caribe quizás podríamos ensayar un sistema, tal vez transicional, que reduzca el número de competidores.

Me atrevo a lanzar una sugerencia para la discusión en la que hay tantas opiniones diversas. Si dividimos el país en tres zonas: Occidente, Centro y Oriente, se podría inicia el campeonato jugando un todos contra todos dentro de cada zona, digamos de cinco juegos consecutivos, y con los dos primeros equipos de cada región, reforzados con otros jugadores de la región, hacer los encuentros de la liga superior con seis equipos, dos por región. Los demás equipos podrían seguir jugando paralelamente y se podría bajar a ellos los que no tengan buenos resultados en la selectiva y subir a esta a los que se destaquen entre los que no fueron seleccionados inicialmente. Los seis equipos de la liga superior tendrían una temporada más larga y ajustada con las demás ligas del Caribe.

Esto es apenas una sugerencia para reflexionar. De lo que estoy convencido es de la necesidad de concentrar a los mejores para elevar el nivel de los topes- Seis es mejor que quince u ocho y algo más abarcador que cuatro.

Como solamente soy un aficionado, dejo mi sugerencia en manos de los sabios que en el mundo del béisbol han sido y son.