Por: JorgeGómez Barata
Los resultados de las
elecciones presidenciales 2016 y el hecho de que otra vez el candidato perdedor
sumó más votos populares que el ganador han relanzado el debate sobre el
sistema electoral estadounidense y la pertinencia del Colegio Electoral.
Estados Unidos es una unión
federal de cincuenta estados iguales en derechos. Cada uno de ellos cuenta con
constitución, escudo, bandera, parlamento, leyes, sistema de administración de
justicia, gobernador y alcaldes, incluso con un ejército local llamado Guardia
Nacional. Según la Constitución todos los norteamericanos son ciudadanos del
estado en que nacen o radican y del país⃰.
En casi todos los aspectos,
excepto política exterior, defensa y algunos otros, los estados se
autogobiernan. Una de las prerrogativas más debatidas en los tiempos
fundacionales y más queridas por los estados es su derecho a, en calidad de
tales, participar en la elección del presidente.
En la elección presidencial,
el país no funciona como una circunscripción única, sino que, lo mismo
que lo hace en otros asuntos, cada estado se pronuncia independientemente de
los demás, y lo hace por medio de su Colegio Electoral que otorga todos los
votos electorales al candidato que allí resulte más votado. Para elegir al
presidente de los Estados Unidos no hay una elección, sino cincuenta.
Las aclaraciones son
pertinentes porque, de tanto hablar de “voto popular” y “voto electoral”
parecería que en Estados Unidos los ciudadanos votan dos veces, de dos formas o
por dos alternativas y lo peor, hay quienes creen o sostienen que el Colegio
Electoral usurpa, suplanta o conculca el derecho a elegir de los ciudadanos, lo
cual es erróneo.
En esta elección, para obtener
los votos electorales de California Hillary Clinton necesitaba alrededor de 4
100.000 votos y obtuvo más de cinco millones y medio. De haber podido utilizar
el superávit de los estados en que venció para cubrir el déficit en aquellos en
los que perdió, la elección hubiera sido otra.
En Estados Unidos el conteo
nacional del voto popular es un ejercicio de referencia que no surte efecto
alguno. Los votos se emiten en cada estado, allí se cuentan y: ¡Fin de la
historia! Un argumento atendible es que el Colegio Electoral protege a los
estados menos poblados de alguna maniobra mediante la cual los mayores y con
más habitantes pudieran elegir al presidente sin contar con ellos.
Obviamente, tienen razón
quienes afirman que la democracia norteamericana está cooptada por el sistema
electoral lo cual, en realidad, ocurre en todas partes porque las elecciones no
son mecanismos para cambiar el sistema, sino todo lo contrario, su función es
legitimarlo y resolver otros asuntos como son la alternancia de líderes y
fuerzas políticas.
Si bien es cierto que existe
cierta incongruencia debido a que, al sumar los votos del país un aspirante
puede obtener un mayor número de votos populares y perder la elección, ello se
debe a que Estados Unidos no es un estado unitario, sino una federación formada
por 50 de ellos, ninguno de los cuales parece dispuesto a renunciar a su
derecho a ser protagonista en la elección presidencial. Así lo manda la
Constitución, mañana les cuento. Allá nos vemos.
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⃰ARTICULO XIV: Sección 1.
Toda
persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción,
será ciudadana de los Estados Unidos y del estado en que resida.
Este artículo fue escrito para el diario mexicano
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